Seducción que se lee en el lenguaje no verbal
Al pensar en sensualidad, es común imaginarse una escena digna de cine francés: luces tenues, vino tinto y una caricia elegancia lujosa apenas insinuada. Por otro lado, la elegancia evoca imágenes de un salón con candelabros, trajes de buen corte y modales que podrían derretir un cubo de hielo. ¿Y si el deseo se viste de terciopelo? La fusió